jueves, 8 de octubre de 2015

El origen de la enfermedad en la mitología Cherokee

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"El hombre blanco mirará asombrado como sus hijos e hijas 
adoptan la manera india para aprender lo que sus padres no entendieron".

Para  los cherokees, hubo un tiempo en que los animales podían hablar, que convivían con el hombre en perfecta armonía. Como el hombre se multiplicó rápidamente, la situación empezó a ser incómoda para todos; a este problema se sumaron las armas que inventaron los humanos (arcos, cuchillos, flechas, cerbatanas, lanzas y ganchos) que fueron empleadas para matar animales mayores, pájaros y peces a fin de utilizar su carne y su piel. Las pequeñas criaturas eran aplastadas sin consideración alguna; con la más profunda negligencia y falta de respeto y por estas razones, los animales resolvieron reunirse para buscar la maera de poner fin a esta situación.

Los primeros en crear un consejo fueron los osos. Reunidos bajo la presidencia de oso blanco, analizaron el problema y alguien sugurió crear arcos y flechas para defenderse.

Para ello fue necesario que un oso se sacrificara a fin de ofrecer sus tripas para hacer la cuerda y una vez terminado el trabajo, uno de los participantes se ofreció a hacer un tiro de prueba. Bajo la epectación de los presentes, tensó el arco y sus garras rasgaron la cuerda de modo que la flecha no pudoser lanzada.

Como no se quiso dar por vencido, limó sus garras y volvió a intentarlo, ésta ve con éxito. Pero el viejo oso blanco dijo:

   "Uno de nosotros ha tenido que morir para fabricar la cuerda del arco, y si ahora cortamos nuestras garras, tendremos que pasar hambra. Es mejor confiar en los dientes y garras que la naturaleza nos ha dado, ya que es evidente que las armas del hombre no han sido hechas para nosotros"
Y con ello disolvieron la reunión sin haber encontrado solución.

Los ciervos también hicieron su propio consejo, presidido por su jefe, el "pequeño ciervo". Después de largas horas de deliberación, acordaron infligir reumatismo a cada cazador que matase a uno de ellos sin pedir permiso ni perdón por la ofensa y enviaron un emisario para que comunicara la decisión al puesto de indios más cercano. También comunicaron a éstos cómo debía ser la propiciación (sacrificio) toda vez que el hambre forzara al hombre a dar caza a un ciervo.

Ahora, cuando un cazador mata un ciervo, el pequeño ciervo que es veloz como el viento, corre hasta el punto donde ha sido abatido el animal e, inclinándose sobre las manchas de sangre, pregunta a la víctima si ha oído los rezos del cazador pidiendo perdón. Si la respuesta es negativa, pequeño ciervo sigue el rastro de gotas de sangre sobre la tierra hasta que llega al lugar donde el cazador se encuentre. Como puede entrar en su casa sinser visto, lo hace y lo golpea con el reumatismo dejándolo lisiado, inválido.

Por ello, por respeto a su propia salud, todo cherokee que abate un ciervo recita las oraciones del perdón.

El siguiente consejo fue el de los peces y reptiles, que deliberaron en conjunto. Decidieron intervenir en los sueños de los pescadores o cazadores que no pidieran perdón por matarles. Por medio de visiones oníricas, las serpientes treparían por el cuerpo de quien les ofendiera y les soplaría su fétido aliento en la cara y tanto ellas como los peces, les harían comer materias en descomposición. De esta manera, los ofensores perderían el apetito, se pondrían enfermos y terminarían muriendo.

Por último, quienes se congregaron fueron las aves, los insectos y los animales más pequeños. Empezaron haciendo una votación para saber si consideraban o no al hombre culpable y todos hablaron respecto de las ofensas recibidas del hombre llegando a la conclusión de que debería ser castigado y, a continuación, fueron sugiriendo enfermedades que les serían transmitidas.

Pero cuando las plantas oyeron lo que allí se estaba tramando, decidieron ayudar al hombre, hacer abortar los planes de venganza de los animales. Los árboles, los arbustos, la hierba y hasta los musgos y líquenes estuvieron dispuestos a participar en la cruzada, decididos a poner fin a las enfermedades. Y todas dijeron: "Apareceré y acudiré cuando el hombre apele a mí en sus necesidad".

Por eso la medicina proviene de las plantas; cada una tiene su empleo y si un chamán no sabe cuál es la más adecuada para aliviar el sufrimiento de un paciente, es el espíritu de la planta quien le sugiere el remedio más adecuado.

Los cherokees también atribuyen las enfermedades a la acción de espíritus malvados convocados por magos y brujos.

La curación, a menudo, se hace mediante magia simpática. Por ejemplo, para curar los parásitos, suelen poner en el agua en la que cuecen plantas para hacer un brebaje, la punta de una flecha con los bordes muy afilados. El propósito es que esta transmita al preparado su cualidad cortante a fin de que seccione los parásitos que se hallan en el cuerpo del enfermo. De la misma manera, para recuperar la memoria y subsanar los olvidos, debe tomarse un antídoto que consiste en una decocción de abrojos, ya que éstos se pegan al cuerpo.

Extraido del Libro: Brujos y chamanes, de Roberto Busto.

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