sábado, 20 de octubre de 2018

Cuaderno de vitácora. Vuelta a la adolescencia.




Ayer fue una noche especial, díficil describir con palabras.

El reencuentro con compañer@s de instituto a los que hacía muchos años que no veia, me hizo sentir una mezcla de nerviosismo, expectación y por qué no decirlo...quizás de amor olvidado, pues aladas mariposas quinceañeras volvían a revolotear por mi estomago.

Esos amig@s de instituto con los que empezaste a despertar... Con los que sin duda has compartido en el tiempo, un viaje por la vida, cada uno con unas relaciones y experiencias, pero sin duda muchas de ellas con un gran parecido en lo que respecta a la esencia de su enseñanza, quizás a veces un poco dura.

La vida se puede ver como una metáfora. Ayer mismo cenando, unos pocos, recordabamos a Prudencio, un maestro del que no todos teníamos un buen recuerdo a causa de su dureza y sin embargo constatabamos que fue uno de los maestros que más nos enseñó, ya que los que continuamos estudiando después de Cristo Rey, nos dimos cuenta que la asignatura de Física era en la que mejor estabamos preparados.

Ayer fue un momento para mostrar a nuestros compañeros de viaje nuestro cuaderno de vitacora, ese que llevamos escribiendo casi 50 años y cuyos últimos 35 han sido los mas intensos. Con sus, a veces duros, maestros y con sus enseñanzas.

Muchas cosas quedaron en el tintero. Por lo que sin duda habrá que volver a repetir este viaje en el tiempo.