Pregunta: Amma, ¿tienes algo que decirme?, ¿algún consejo en ete momento de mi vida?
Amma: (sonriendo) Ten paciencia.
Pregunta: ¿Sólo eso?
Amma: Eso ya es mucho.
El devoto había dado media vuelta y se había alejado unos pasos cuando Amma le dijo en voz alta: "... y perdona también". Al oir las palabras de Amma, el hombre se volvió y preguntó: "¿Estás hablandome a mi?
Amma: Si, a ti.
El hombre volvió junto al sillón de Amma.
Pregunta: Estoy seguro de que has querido indicarme algo, porque así me ha ocurrido siempre en el pasado. Por favor, Amma, dime claramente a qué te refieres.
Amma continuó dando darshan mientras el hombre esperaba oír algo más. Durante un buen rato Amma no dijo nada.
Amma: Tiene que haber algún inncidente o situación que de pronto ha aparecido en tu mente. De otro modo, ¿por qué ibas a reaccionar tan rápidamente cuando has oído a Amma decir "perdón"? Hijo, no reaccionaste igual cuando Amma te dijo "ten paciencia". Lo aceptaste y empezaste a alejarte ¿verdad? Así que hay algo que te está afectando de verdad.
Al oir las palabras de Amma, el hombre se quedó en silencio y cabizbajo durante un rato. De pronto empezó a sollozar, tapándose el rostro con las manos. Amma no pudo soportar ver llorar a su hijo. Cariñosamente le enjugó las lágrimas y le frotó el pecho.
Amma: No te preocupes hijo, Amma está contigo.
Pregunta: (sollozando) Tienes razón. Soy incapaz de perdonar a mi hijo. No le hablo desde hace un año. Estoy muy herido y muy enfadado con él, por favor, ayudame.
Amma: (mirando compasivamente al devoto) Amma te comprende.
Pregunta: Hace un año, mi hijo llegó a casa totalmente drogado. Cuando le reproché su comportamiento, se puso violento y empezó a gritarme, y luego empezó a romper platos y a destrozar cosas. Perdí completamente la paciencia y lo eché de casa. Desde entonces no lo he visto ni he hablado con él.
El hombre parecía verdaderamente desdichado.
Amma: Amma ve tu corazón. Cualquiera podría haber perdido la paciencia en esa situación. No tengas ningún sentimiento de culpa por el incidente. Sin embargo, es importante que le perdones.
Pregunta: Me gustaría, pero soy incapaz de perdonarlo y dar el primer paso. Cuando siento que mi corazón me dice que lo perdone, mi mente lo rechaza. Mi mente dice: "¿Por qué vas a perdonarlo? La falta fue suya, por tanto que seea él el que se arrepienta y pida perdón.
Amma: Hijo, ¿deseas realmetne resolver esta situación?
Pregunta: Si, Amma. Quiero hacerlo, y quiero contribuir a curarnos a mi hijo y a mi.
Amma: Si lo deseas de verdad, no escuches a tu mente. La mente no puede curar ni resolver situaciones de este tipo. Al contrario, la mente las agravará y te confuncirá más.
Pregunta: Amma, ¿qué me aconsejas?
Amma: Tal vez Amma te diga algo que no deseas oir. No obstate, Amma puede decirte lo que te ayudará de verdad a sanar la situación y a que haya paz entre tu hijo y tú. Ten confianza y las cosas se irán arreglando poco a poco.
Pregunta: Dime que tengo que hacer, por favor. Procuraré hacer lo que digas lo mejor que pueda.
Amma: Lo hecho, hecho está. Ante todo tienes que creer y aceptar eso. A continuación, confía que tras la cuasa conocida había también una causa desconocida que porovocó las cadena de acontecimientos de aquel dia. Tu mente no quiere transigir y sólo desea culpar a tu hijo de todo lo que ha sucedido. Bien. Respecto a aquel incidente en concreto, puede que la culpa fuera suya. No obstante...
Pregunta: (ansioso) Amma, no has terminado lo que ibas a decirme.
Amma: Permite que Amma te haga una pregunta. ¿Has sido respetuoso y cariñoso con tus padres, con tu padre en particular?
Pregunta: (mirando un poco asombrado) Con mi madre si, he tenido una maravillosa reacción... pero con mi padre, la relación fue terrible.
Amma: ¿Por qué?
Pregunta: Porque era muy estricto y me resultaba muy dificil aceptar su forma de ser.
Amma: Y, desde luego, algunas veces te mostraste muy grosero con él, hiriendo sus sentimientos. ¿No es asi?
Pregunta: Si.
Amma: Eso significa que lo que hiciste a tu padre te vuelve ahora a ti a través de las palabras y las acciones de tu hijo.
Pregunta: Amma, confío en tus palabras.
Amma: Hijo, ¿sufriste mucho por la tensa relación que tuviste con tu padre?
Pregunta: Si, desde luego.
Amma: ¿Lo perdonaste alguna vez y mejoraste aquella relación?
Pregunta: Si, pero sólo unos dias antes de su muerte.
Amma: Hijo, ¿quieres que tu hijo soporte el mismo sufrimiento y que sea tan desdichado como tú?
El hombre se puso a llorar mientras movía la cabeza y decía: "No, Amma, no... nunca".
Amma: (acercándolo a Ella) Entonces persona a tu hijo, porque ese es el camino para la paz y el amor.
El hombre se sentó al lado de Amma y meditó un buen rato. Cuando se levantó, se despidió con estas palabras: "Me siento muy tranquilo y relajado. Voy a encontrarme con mi hijo lo antes posible. Gracias Amma. Muchísimas gracias".
Texto extraido del libro:
"Desde el corazón de Amma"
Conversaciones con Sri Mata Amritanandamayi Devi
Traducidas y escritas por Swami Amritaswarupananda