La similitud entre ambas consecuencias hace que algunos nos preguntemos si no será lo mismo.
Consecuencias de las transformaciones espirituales:
El grado de las secuelas depende del impacto de la emergencia. Los cambios más comunes son: simples y directas formas de actuar que semejan infantiles; una luminosidad de la tez y un centello en los ojos, un encanto atractivo; una sensación de confianza y dominio de sí; comportamiento afectuoso, pero desprendido; la presencia del "conocimiento" y/o saber superior (gnosis); aumento de las capacidades psíquicas (de los que en ocasiones se denominan los Dones del Espíritu); pérdida de la importancia atribuida al tiempo y al espacio; mayor agudeza y alcance de los sentidos; disminución de las necesidades y de los deseos; desarrollo de una actitud de gozoso servicio a los demás; fortalecimiento moral y energético. En general la persona tiene muchas dudas de lo que le ha ocurrido, y cierto reparo a comentarlo. A menudo se dan largos accesos de depresión antes de llegar a comprenderlo y aceptarlo por fin. Las personas que pasan por este proceso (llamado "iniciación" en las tradiciones espiritualistas o esotéricas) suelen ser tildadas de locas en las sociedades avanzadas y objeto de especial reverencia en las subdesarrolladas.
Consecuencias de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM):
El grado de las secuelas depende del impacto de la aludida emergencia. Los cambios más comunes son: una sensación de amor incondicional hacia todo el mundo; cierta ingenuidad infantil y una curiosidad espontánea y abierta; sensación de intemporalidad y pérdida de cualquier identificación con algún "lugar" concreto; despreocupación por anteriores reglas y limitaciones; aparición de habilidades psíquicas, incluyendo el don de sanar y de trasmitir alegría; una notable reducción de los temores e inquietudes; la capacidad de "captar" la raíz de los problemas; disminución de las necesidades y deseos, cierto desapego reespecto del cuerpo físico, unido a la sensación de verse con mayor energía y entusiasmo para servir y ayudar a otros..., inclusive a la propia comunidad; una forma de comunicarse más atrayente, más inspirada, más dichosa, más ética y responsable. Aunque las personas que han pasado por una experiencia en el umbral de la muerte son aceptadas y toleradas en la sociedad actual mucho más que hace tan sólo cinco años, aún hay casos en que, a pesar suyo, son confiadas a centros mentales por el establishment médico (como enfermas de "psicosis") y están expuestas a largos accesos de depresión y confusión en su lucha por asimilar la complejidad de su experiencia bajo la eventual amenaza de la locura.
Fuente:
Retorno de la muerte/ Más allá de la Luz.
P.M.H. Atwater.
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